- Cinco componentes
La experiencia nos ha enseñado que no todo lo que se llama aprendizaje cooperativo realmente funciona como tal. Para que se dé la cooperación, es importante estructurar explícitamente los cinco componentes esenciales del aprendizaje cooperativo según describen Johnson&Johnson (1999), que podemos considerar referentes obligados para este tema:
Interdependencia positiva
La percepción de cada miembro del grupo de que no puede tener éxito sin que los demás también lo tengan. Los profesores pueden estructurar esta interdependencia estableciendo un objetivo compartido que exija a los alumnos estar pendientes del aprendizaje de los demás igual que del propio. El objetivo del grupo se puede fortalecer añadiendo recompensas grupales (si todos los miembros están por encima de los criterios, cada uno recibe un punto), con recursos compartidos (un conjunto de materiales para cada grupo) y/o mediante roles asignados (el que resume, el que comprueba, el que anima...).
Responsabilidad individual
Cada miembro del grupo se da cuenta de que su esfuerzo es imprescindible para que el grupo tenga éxito y no hay posibilidad de “ir a la suya”. Darse cuenta de que “una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil” ayuda a los grupos a fijarse en los miembros que necesitan más ayuda para asegurarse de que en esa cadena no haya eslabones débiles. Los profesores aseguran este esfuerzo personal haciendo que los grupos trabajen juntos, pero también comprobando con un examen individual el aprendizaje de miembros del grupo al azar, o asignando en cada grupo el papel del que comprueba.
Interacción cara a cara
Los miembros del grupo promueven el aprendizaje de los demás ayudándolos, compartiendo y animándolos a esforzarse para aprender. Los alumnos han de trabajar “codo con codo” para explicar, debatir y enseñarse unos a otros. Los profesores organizan a los alumnos en grupos pequeños, cerrados, separados de otros grupos, asegurando que en un momento determinado todos puedan ver la pizarra.
Habilidades interpersonales
Las destrezas cooperativas incluyen varios comportamientos como el liderazgo, la construcción de confianza, la comunicación, la toma de decisiones y la resolución de conflictos. Los profesores definen, enseñan y animan continuamente comportamientos cooperativos específicos proponiendo expectativas, asignando papeles y dando una retroalimentación específica. Si los miembros del grupo tienen más habilidades interpersonales, los grupos serán más efectivos y los miembros tendrán mejores resultados.
Seguimiento, intervención y proceso
Los miembros del grupo necesitan ser conscientes de cómo está funcionando el grupo, tomarse el tiempo suficiente para hablar sobre cómo están alcanzando sus objetivos, mantener relaciones efectivas entre los miembros y planificar maneras más eficaces de trabajar. Mientras los alumnos trabajan en grupos cooperativos, los profesores supervisan el trabajo y sus interacciones y sólo ocasionalmente intervienen para procesar y ayudar a los grupos facilitándoles las estrategias que precisan.
La verdadera experiencia de aprendizaje cooperativo se logra estructurando estos cinco componentes esenciales en las actividades pedagógicas. Una manera de introducir esta metodología en el aula y hacerla efectiva en el proceso de enseñanza-aprendizaje del currículum ha sido la adaptación de unas estructuras de tipo cooperativo (Kagan, 1998) que permiten organizar e imp licar a los alumnos para aprender unos de los otros y contar con el profesor como facilitador del aprendizaje. Estas estructuras tienen en cuenta los principios del aprendizaje cooperativo y pueden ser utilizadas en cualquier tema del currículum. Muchas veces incluso se puede utilizar más de una a lo largo de la misma unidad. Se trata de realizar actividades que promuevan las Intel igencias múltiples mediante tareas que impliquen colaboración, tareas que incluyan música o habilidades como el dibujo, la clasificación, la informática, el movimiento del cuerpo, el trabajo en equipo o la introspección. De esta manera se presta atención a las diversas inteligencias de los alumnos. En la medida en que los alumnos son testigos de las diferentes habilidades de sus compañeros y se dan cuenta de la utilidad de estas habilidades para la realización de las actividades, van aprendiendo a valorarlas.
MONTSERRAT DEL POZO ROSELLÓProfesora de Sociales en Secundaria.MONIKA HORCHProfesora de Lenguas Extranjeras en Secundaria.Nº 376 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA